Volver a Mirar. Ensayos para una muestra. Con Karen Garrote
Pequeño
ensayo sobre la mirada
de Karen Garrote, Septiembre de 2016.
de Karen Garrote, Septiembre de 2016.
Laura
dice que sale de compras y lleva una bolsa donde pone hojas, frutos, ramas.
Camina y el mundo que la circunda es una góndola de la cual servirse. Laura
lee. Lee muchas cosas. Lee a Francois Cheng. Cheng dice: “En estos tiempos de
miserias omnipresentes, de violencias ciegas, de catástrofes naturales o
ecológicas, hablar de la belleza puede parecer incongruente, inconveniente,
incluso provocador”[1] La
belleza suele encubrir un mundo cruel y tormentoso. Laura decide mostrar una
idea de belleza provocadoramente.
Artificial y naturalmente va tejiendo un universo de entrecruzamientos,
haciendo que los elementos ficticios y orgánicos se interpenetren. Así descubre
su idea de belleza. Solapada y
experimentalmente sumerge hojas transformadas en artefactos y artefactos
empapados de naturaleza y espera, pacientemente, que se sequen para ver en qué
rareza se han convertido.
La belleza suele encubrir un mundo cruel y tormentoso. Laura decide mostrar una idea de belleza provocadoramente. Artificial y naturalmente va tejiendo un universo de entrecruzamientos, haciendo que los elementos ficticios y orgánicos se interpenetren. Así descubre su idea de belleza. Solapada y experimentalmente sumerge hojas transformadas en artefactos y artefactos empapados de naturaleza y espera, pacientemente, que se sequen para ver en qué rareza se han convertido.
Laura siempre coloca la mirada por sobre la mirada: vuelve a mirar. Y en este volver ensaya modos posibles de ver. Y un modo posible es ver lo bello, lo aparentemente decorativo, el ornamento inútil y lujoso, lo superfluo, como algo completamente novedoso. En su patio hay bidones que contienen tierra del napostá y agua. Coquetea con la idea de la mácula, embarrar el lujo y transformarlo hasta degradarlo como comienzan a degradarse con el fuego aquellos elementos orgánicos que ha mixturado con lo ficcional. Hay cosas que se pierden en el fuego, pero también hay cosas que resurgen completamente nuevas de él.
[1] Cheng, Francois; Cinco meditaciones sobre la belleza, Madrid, Siruela, 2007, p. 15.
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