BAHÍA BLANCA I



Vivo en Bahía Blanca hace más de treinta años. Nací en Mar del Plata y estudié en La Plata, dos ciudades húmedas y verdes.
Por el 1520 Hernando  de Magallanes avistó esta bahía a la que bautizó Blanca por sus riveras salitrosas. Bahía Blanca fue de tierra dura y seca.
Recuerdo que, allá por 1985, año de mi llegada, me costaba salir a caminar. Ciudad de persianas bajas y árboles mutilados. De fuertes vientos y tierra sobrevolando.
No se si fue el aire de la ansiada democracia, o el cambio climático, o yo. Pero se que algo cambió con el correr del tiempo. De a poco las caminatas pasaron a ser parte del cotidiano, un disfrute privado, un contacto con lo que hay. El viento calmó y la tierra se humedeció.














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